Un Juez condenó al ex-marido de una joven a raíz de actos de violencia cometidos contra ella, ya que como reacción a la medida de exclusión, el hombre no tuvo mejor idea que acercarse al maxi-kiosco donde ella trabaja, tirar su moto, prenderle fuego a una sillas plásticas y romper el vidrio del local. La condena es excarcelable, pero el juez -con muy buen criterio- ordenó que fuera a efectiva para preservar la salud de la mujer y del hijo de ambos.
Se trata de una medida ejemplar, que de haberse tomado antes en otros casos, hubiera evitado que muchas mujeres murieran a manos de sus ex-parejas.
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Un fallo justo y una medida ejemplar. Si todos los jueces actuasen así, se evitarían muchos casos de violencia de género.